Un país que produce alimentos como para 400 millones de habitantes, que no pueda mantener 35, es insultante, no se puede creer”, señaló Abel Albino, un médico pediatra con una extensa experiencia en el trabajo con la pobreza y la desnutrición infantil. Albino presentó en Río Cuarto el trabajo realizado desde su fundación Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil), que trabaja con menores en peligro de trastornos alimentarios.

Albino denuncia que en Argentina hay un “subregistro de desnutrición”. Dice que “no nos gusta hacer un diagnóstico de estas cosas, pero la única manera de establecer un tratamiento es definiendo un diagnóstico. Cuando se habla de estos temas siempre hay gente que se ofende, cuando en realidad nadie tendría que molestarse, es un problema mundial”.

El pediatra indica que la importancia de combatir la desnutrición radica en que “genera debilidad mental, pero es la única debilidad mental que se puede prevenir y se puede revertir, y además la única creada por el hombre, es por eso que se debe quebrarla”.

- ¿Cómo se da en Argentina?
- Tenemos el 40% de los argentinos por debajo de la línea de pobreza y siempre que hay pobreza hay desnutrición que afecta a los niños menores de 6 años. Esto se debe a que dependen de terceros que no tienen los medios o la capacidad como para sacar adelante a estas criaturas. Esto es un grave drama individual y social.

- ¿Cómo es el trabajo con estos niños que pretenden hacer desde Conin?
- En Conin hicimos el primer Centro de Tratamiento de Desnutridos de Argentina y el primer Centro de Prevención de Desnutrición del mundo. Nos dimos cuenta de que esta problemática es el resultado final del subdesarrollo. De nada sirve que alimentemos a un chico si lo vamos a devolver al ambiente hostil del que proviene, en 15 días lo estamos alimentando de vuelta. Si queremos quebrar la desnutrición debemos hacer un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza. Algunas de las aristas que se contemplan desde la fundación son: educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardín maternal e infantil, estimulación temprana, escuela de artes y oficios. Además se desarrolla un programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, ropero familiar, club de padres, documentación y legalización de la familia, alcoholismo, etc.

Modelo for export

El modelo de abordaje integral con el que funciona Conin se aplicó en 20 ciudades de Argentina y se extendió el trabajo a países como Paraguay y Perú. Además, comenta Abel Albino, está siendo aplicado en Gambia (África occidental), de la mano de Nutrición Sin Fronteras, una ONG española.

- ¿Cómo se produce la debilidad mental a partir de la desnutrición?
- Cuando nace un niño su cerebro pesa 35 gramos, lo que equivale a seis monedas de un peso. Cuando tiene catorce meses, en el momento en que ya camina, pesa casi un kilo, es decir el 80% del cerebro de un adulto. De grande pesa 1,200 kg. Entonces, la clave del desarrollo de un individuo y de la nación está en el primer año de vida.

Siempre se dice que el problema es la educación. Sí, es muy importante, pero si no hay cerebro no hay qué cosa educar. La educación es una semilla maravillosa, pero como toda semilla necesita de un sustrato para fructificar, y el sustrato anotomopatológico donde se siembra la educación es un cerebro intacto. Por eso hay que dejar de pensar en las próximas elecciones y comenzar a pensar en las próximas generaciones.

Para ejemplificar su pensamiento sobre la importancia de un “cerebro intacto”, Albino indica: “Europa sale de sus dos guerras absurdas porque el intelecto estaba intacto, sólo se rompió lo material”.

En contraposición destaca a América Latina, y dice que “no sale de su atraso crónico porque su intelecto está dañado. La principal riqueza de un país es su capital humano y si está dañado, entonces no tiene futuro”.

- ¿Cuáles son las zonas más afectadas del país?
- A partir del censo del 2001 se observaron casos de miseria. En Argentina, uno de los países más ricos del mundo, es vergonzoso que se tenga que hablar de esto. Hoy hay 45 mil familias en todo el país en un estado de miseria, que se concentran hacia el noreste argentino.

Beneficios e investigación

Según el especialista en nutrición infantil, investigaciones internacionales revelaron que un centro de prevención como el del Conin, que trabaja con cerca de 300 chicos, “significa para el país un ahorro de 250 mil dólares anuales”. Asegura que su implementación disminuye en los menores la repitencia, la deserción, la morbilidad y la mortalidad, e incluso aumenta la escolarización y la inserción laboral por la capacitación de la persona.

Un fenómeno nuevo que menciona Albino es el de las personas obesas en villas miseria. Comenta que en muchas oportunidades se encuentran personas que superan su peso ideal en los barrios marginales “pero no es porque se coma bien, nadie come bien allí”, dice. Explica el fenómeno, dice: “Se da por un mecanismo hipotálamo-hipoficiario. Cuando se lleva adelante el crecimiento del niño, su consumo energético es muy grande. Si el chico come poco el cerebro frena el crecimiento por un mecanismo de compensación, y cuando se vuelve a una dieta relativamente normal, se hincha. Esto quiere decir que fue desnutrido, no que estuvo bien alimentado”.

Luis Schlossberg
lschlossberg@puntal.com.ar

Albino y la Fundación Conin

La fundación Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil) fue fundada en la ciudad de Mendoza el 4 de setiembre de 1993 por Abel Albino, siguiendo modelo implementado en Chile por Fernando Monckeberg. Este reconocido médico trasandino ha logrado, a través de este proyecto, rescatar más de 100.000 lactantes desnutridos en 33 centros de “Recuperación Nutricional”. El modelo chileno (Centros de Tratamiento) fue complementado en Mendoza con Centros de Prevención.

La fundación funciona en Mendoza con el Centro Modelo de Promoción y Prevención de la Desnutrición Infantil “El Plumerillo”; el Primer Centro de Recuperación de Lactantes Desnutridos de Argentina “Madre Teresa de Calcuta”, y a través de una Casa Albergue para las madres de los niños internados. En total atiende a más de 300 niños más sus familiares.

“Antes no se hablaba de este problema”

Abel Albino llegó a la ciudad a partir de la invitación de la Fundación EGE, la Liga de Amas de Casa y la colaboración de empresarios de la región. Martha Imberti de Bavera, presidenta de la Liga, señaló que “en nuestra ciudad se está haciendo una atención sobre 32 mil personas, de las cuales muchas están en un estado muy vulnerable. Sucede que a ciencia cierta no tenemos una estadística concreta. Se sabe que hay mucha pobreza pero no qué cantidad de desnutrición en niños tenemos”.

Según la concejala del bloque Unión por Córdoba la desnutrición “es una problemática que recién ahora comenzamos a tratar, porque hasta este momento no se había hablado de desnutrición”.

Señaló que su intención es “comenzar a trabajar sobre los datos que poseemos. En la zona tenemos conocimiento de chicos con desnutrición, así que no nos llamaría la atención que tengamos muchos casos y no los conozcamos”.

Secretaría de salud
“No hay casos de desnutrición extrema”

Desde la secretaría de Salud, Gabriel Abrile indica que hace tiempo se viene trabajando sobre un programa de contención a niños de entre 0 y 5 años de edad. Anualmente se atiende a un promedio de 7.500 menores que reciben el control junto con un módulo alimentario para que tengan “un desarrollo normal”.

“En Río Cuarto no hay casos de desnutrición extrema, los problemas de desnutrición que hay son sobre todo culturales. Sucede que casi todos tienen acceso a una cobertura social, la estructura está cubierta. En todo caso podría haber faltas de aportes calóricos”, comenta el secretario de Salud.

Abrile señala que en 2008 se trabajó con un promedio de 7.211 chicos, de los cuales 337, es decir el 4,21%, tiene un bajo peso, lo que no necesariamente significa desnutrición. “En los datos que trabajamos faltan los chicos que tienen bajo peso pero se encuentran contenidos desde la parte privada”, dice e indica que los menores que reciben la cobertura pertenecen a los sectores más humildes de la ciudad.

Los barrios que presentaron más complicaciones años atrás fueron aquellos cercanos a las costas del río, pero luego de la relocalización su contención pasó a ser responsabilidad de distintos centros periféricos. Hoy el fondo del barrio Alberdi y el sector del barrio Acordeón son los más damnificados.

“Estos son sólo números, hay que ver las causas que llevaron a que se encuentren así. Se controlan también chicos que tienen un peso por debajo del que deberían tener y se los considera como desnutridos, pero no necesariamente se tiene que pensar en desnutrición como se ve en el norte argentino o del África”, comenta.

Atención personalizada

El secretario de Salud afirma que el objetivo del área hacia el futuro es “geo-referenciar a los pacientes, y hacer una búsqueda personalizada de los problemas que se presentan para mejorar el trabajo”. A partir de los relevamientos que realizó Salud desde el 2000 no se ha llegado a un nivel de desnutrición elevado. “En Río Cuarto, al ser una ciudad mediana, e incluso todo el sur de Córdoba en general, los municipios llegan bien a la gente”, asegura Abrile y agrega que “este tipo de problemas se dan en mayor medida en el norte del país o en las grandes ciudades”.

De los números se observa que en período 2001-2002, en plena crisis económica, el porcentaje de niños con indicios de desnutrición era menor que el de hoy, con 2,9%. Abrile explica este fenómeno al decir: “La desnutrición no se presenta en el mismo momento de la crisis sino al año, o los dos años. A partir del 2003 los porcentajes crecen”.

Una mala alimentación, cuestiones genéticas o culturales son causas que pueden llevar a la desnutrición. Desde Salud indican que esto no sólo se ve en los barrios más humildes, en el centro también se presentan casos.

Promoción social
“La alimentación es un pilar de la gestión”

Gonzalo Parodi, a cargo de la subsecretaría de Promoción Social, señala que hay una “política de Estado enfocada en la problemática de la desnutrición”. Asegura que es por este motivo que no se presentan casos en la ciudad de deficiencias extremas en la alimentación. Comenta que un eje fundamental del trabajo de la actual gestión apunta a la educación y por tal motivo no deben descuidarse pilares como la alimentación y el cuidado de los niños.

“Los últimos casos que se han tratado sobre desnutrición fueron por cuestiones genéticas, por discapacidades o por razones culturales, en relación a la convivencia en la casa”, comenta Parodi, pero asegura que no se dieron por una mala alimentación.

“Esto se define por tres ejes -dice Parodi-: la accesibilidad, la equidad y la disponibilidad. La primera, establecida para garantizar el alimento a todos los barrios de la ciudad de un modo directo. Ningún vecino que recibe las modalidades alimentarias tiene su centro a más de 5 cuadras de su casa. Esto es importante para que la madre lleve a su hijo o vaya a buscar la carne o la verdura para hacer la comida”.

En cuanto a la “equidad”, indica que “con los programas alimentarios cubrimos un 50% los valores nutricionales de cada familia. Trabajamos sobre una modalidad que mientras más integrantes haya en la familia y menores ingresos tenga, se aumente el apoyo”. Por último habla de “disponibilidad”, desde la posibilidad de garantizar un alimento sano de acuerdo al aporte calórico que corresponda.

- ¿Qué tipo de programas se desarrollan desde el área?
- Nosotros trabajamos con más de 8 mil chicos de 0 a 13 años. Fuera de lo que hace la secretaría de Salud, nosotros tenemos modalidades alimentarias que van desde los Centros de Apoyo Nutricional (antes llamados “copas de leche”), el bolsón que se retira en las vecinales, puntos de distribución de carnes, verdura y leche, la vianda en los centros de cocción y los comedores.

Seguridad Alimentaria

La coordinadora del área de Seguridad Alimentaria de Promoción Social, Natalia Acosta, indica la importancia de un trabajo en red entre las secretarías del municipio para la atención de los menores. “Hoy hablamos de que hay personas de bajo peso pero que no están relacionadas a una cuestióna alimentaria. Lo bueno es que hay una descentralización desde Salud y Promoción Social, por lo que cuando se detecta un caso puede ser incorporado a un programa alimentario”.

Fuente: Puntal.com.ar

Muestra fotografica sobre la desnutricion en el mundo




Empezando por el principio...


Para entender todos de lo que hablamos es necesario revisar primero un par de definiciones sobre términos que pueden volver a leer de aquí en más. Intentaré que sean lo más sencillos y claros posibles.

- ¿Qué son los nutrientes?

Nutrientes son las proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales suministrados por los alimentos y necesarios para el crecimiento y el mantenimiento de la vida.

- ¿Qué se entiende por Estado nutricional de una persona?

El estado nutricional de una persona es la resultante del equilibrio entre la ingesta de alimentos

y sus requerimientos de nutrientes. A su vez, el aprovechamiento de los nutrientes ingeridos

depende dediversos factores como la combinación de alimentos o las condiciones del sistema

gastrointestinal que los recibe.

Es el resultado del equilibrio entre la ingesta de alimentos y sus requerimientos de nutrientes, lo cual está determinado por la calidad y cantidad de nutrientes de la dieta y por su utilización completa en el organismo.

Los requerimientos de nutrientes dependen del estado fisiológico de una persona. Los momentos de mayor demanda corresponden a aquellos en donde hay mayor reproducción celular, es decir, los momentos de mayor crecimiento: gestación, primeros años de vida y adolescencia. De ahí que para que estos procesos se produzcan con total normalidad, es fundamental una adecuada nutrición.

La nutrición - a su vez - está sometida a diversos factores condicionantes:

- Los factores fijos, como el potencial genético del individuo.

- Los factores dinámicos, tales como los factores sociales, económicos y culturales, que pueden actuar en forma favorable o desfavorable.

Cuando se modifica el equilibrio de estos factores y se ve alterada la nutrición, se interrumpe el crecimiento y desarrollo, dando lugar a la desnutrición.

- ¿Qué significa la desnutrición?

Desnutrición significa que el cuerpo de una persona no está obteniendo los nutrientes suficientes. Y tal condición puede resultar del consumo de una dieta inadecuada o mal balanceada, por trastornos digestivos, problemas de absorción de dichos nutrientes u otras condiciones médicas.

La desnutrición puede clasificarse en:

- Desnutrición primaria (Cuando se produce por una carencia nutritiva y/o psicoafectiva)

- Desnutrición secundaria (Cuando existe una enfermedad que la determina - independientemente de la situación socio-cultural del sujeto - por ejemplo, ante la existencia de enfermedades genéticas, metabólicas, inmunológicas ó malformaciones que puedan afectar a los diferentes órganos.


Por sus efectos, la desnutrición, puede ser medida a corto y/ó largo plazo.

En el corto plazo pueden aparecer diarreas y sus compliaciones, deshidratación, alteraciones hidroelectrolíticas, depresión de la inmunidad, infecciones, pérdida de peso, trastornos hematológicos, cardiorrespiratorios y renales.

En el largo plazo aparecen el déficit de talla y disminución del cociente intelectual.
Los tres indicadores antropométricos más frecuentes, usandos para evaluar a la población infantil son:


- peso para la edad


- peso para la talla


- talla para la edad



El déficit de peso para la talla, también denominado desnutrición aguda, es la disminución de la masa corporal, inicialmente a expensas del tejido graso pero que también puede afectar a la masa muscular después.

Por lo general es consecuencia de un episodio agudo de alguna enfermedad infecciosa ó por una severa disminución de ingesta calórica.

El déficit de talla para la edad, también denominado desnutrición crónica consiste en una disminución del crecimiento lineal y depende directamente del desarrollo de los huesos largos. Es considerado - salvo casos muy particulares - en una condición prácticamente irreversible debido a que la baja estatura es producto - en estos casos - de una carencia prolongada de nutrientes.

El déficit de peso para la edad, también llamado desnutrición global es una combinación de los anteriores.

Vergüenza:en Argentina, donde se producen alimentos para dar de comer a cientos de millones de personas, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año. Los datos oficiales, que miden la mortalidad infantil en 12,9 por mil nacidos vivos contrastan con el reciente informe de Unicef: 14 por mil. “No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes” dice el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo. En el país más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes de su primer cumpleaños. En Cuba, la tasa de mortalidad infantil es de cinco por mil.

Bajo las doradas galerías de la Avenida Alem, en pleno centro porteño, una veintena de chicos se acomoda sobre cartones para pasar la noche. Recostados en hilera, aspiran pegamento con las miradas perdidas en el cielo. A metros de la Casa presidencial y de la Plaza de Mayo, cuna de la independencia, un bebé recién nacido llora buscando el pecho de su madre adolescente que revuelve la basura en busca de comida. En el país de las espigas de oro, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año y la tasa de mortalidad se eleva a 14 por mil nacidos vivos.

Constatadas por Unicef, estas cifras contrastan con las de los datos oficiales: según el Ministerio de Salud de la Nación, la mortalidad infantil es de 12,9 por mil nacidos vivos. En Cuba, la tasa de mortalidad es de 5,3 por mil según datos oficiales y 5 según el informe de Unicef (Ver nota de tapa).

¿Quién me robó mi niñez?

En la madrugada del 11 de diciembre de 2008, un cartonero encontró el cadáver de un niño de tres años mientras hurgaba en un contenedor del barrio porteño de Constitución, a menos de dos mil metros de la Casa de Gobierno. El cuerpo estaba envuelto en una frazada y presentaba fuertes signos de desnutrición. Según informaron las fuentes de la investigación, en los días posteriores al hallazgo no se registraron denuncias sobre la pérdida del niño lo que hacía suponer que había sido depositado en el basurero por algún familiar o conocido. Un día después de que apareciera el cuerpo sin vida de este niño sin nombre, al que seguramente nunca hamacaron en una plaza, la noticia desapareció de los medios de prensa.

Dos semanas después, una organización no gubernamental del Partido de La Matanza (Gran Buenos Aires) denunció que en el Mercado Central, más de 200 chicos de entre 8 y 13 años se prostituyen para poder comer. Según la denuncia, entre los que obligan a los niños a vender su cuerpo por comida, hay policías, changarines, seguridad privada, comerciantes, camioneros y directivos. El Mercado de La Matanza, principal centro comercializador de frutas y verduras del país, abastece a más de 11 millones de personas.

La desnutrición sufrida durante el embarazo y en los primeros meses de vida produce daños irreparables en el ser humano: retraso mental y físico, bajo peso y talla y dificultades en el aprendizaje. El informe de Unicef revela que el 66% de los niños y las niñas mueren en su primer mes de vida; “más de la mitad de estas muertes son evitables”, detalla el documento.

Cartografía de la desnutrición

Unicef aclara que en Argentina, el lugar de nacimiento condiciona las posibilidades de sobrevivencia: “Las probabilidades de morir antes de cumplir un año son tres veces superiores en Formosa que en la Ciudad de Buenos Aires. En las Provincias de Jujuy o Chaco, la probabilidad de muerte duplica a las jurisdicciones más favorecidas”. Paro cardiorespiratorio es el eufemismo con el que se encubre la desnutrición en los hospitales nacionales y provinciales colapsados por la falta de médicos, enfermeras, insumos y presupuesto. En la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de mortalidad es de 8,3 por mil nacidos vivos; incluso en la orgullosa, rica y poderosa Capital Federal, el índice supera al de Cuba.

Mientras que según datos oficiales la tasa nacional ha descendido, en la provincia de Buenos Aires, la más rica del país en términos económicos y productivos, la mortalidad infantil ha pasado de 12,5 en 2006 a 13,5 en 2007.

En esta provincia, donde se tira una semilla y crece, durante 2006 murieron 3.280 bebés menores de 1 año y en 2007, 3.531: 10 bebés por día.

En La Matanza, el más grande conglomerado del conurbano, donde los chicos se venden por comida, 345 niños murieron en 2007 sin alcanzar su primer año de vida. Las cifras de la mortalidad en el Gran Buenos Aires sirven para diluir el mito de que el hambre sólo está en el Norte: 951 bebés menores de un año murieron durante 2007 en las localidades de Lomas de Zamora, Quilmes, Almirante Brown, Florencio Varela, Morón, San Miguel, Hurlingham, San Isidro, Merlo, Avellaneda y Lanús. En un año, el número de muertes evitables se incrementó en 100: durante 2006 murieron en esa zona 862 bebés.

Cientos de cruces de madera adornadas con guirnaldas de flores de todos colores brillan con la luz del sol en un cementerio de la quebrada de Humahuaca. “Se ha ido un angelito” dicen en el Norte cuando se muere un bebé y toda la gente va al velatorio vestida de blanco. En la provincia de Formosa, las familias de 24 bebés por mil nacidos vivos los entierran antes de poder festejarles su primer año de vida. En Chaco mueren 18,9 bebés y en Misiones y Jujuy la tasa se eleva a 17 por mil, siempre según datos oficiales.

"No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes: hace unos meses el kilo de pan costaba 3 pesos, hoy cuesta 5; la carne se compraba a 8 ó 12 pesos, hoy cuesta 16 ó 20. El litro de aceite se conseguía a 3 pesos, ahora anda por los 8 y la garrafa de gas de 15 kilos vale 50 pesos. Es imposible que los niños y adolescentes puedan alimentarse con 60 centavos”, afirma el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo. El pasado 13 de enero, su hermano, el cura Jesús Olmedo, junto al premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, apoyaron los cuatro días de ayuno que más de 400 quiaqueños hicieron para denunciar la situación de pobreza y desnutrición que afecta al 60% de la población de esa zona.

La falta de alimentación está sumada a las condiciones de vida: la carencia de agua potable y de desagües cloacales favorecen la aparición de enfermedades infecciosas como la diarrea o la parasitosis que, en edades tempranas, provocan la muerte. En 2004, el Departamento de Maternidad e Infancia del Ministerio de Bienestar Social de Jujuy realizó un relevamiento por zonas que alcanzó a más de 50 mil niños (es el último estudio provincial al que se puede acceder). Los datos reflejan que en la Puna jujeña (Departamentos de Cochinoca, Santa Catalina, Susques, Rinconada y Yavi) casi la mitad de los niños tiene bajo peso. Le sigue la Quebrada –Departamentos de Tumbaya, Tilcara y Humahuaca– con el 19,4% (el promedio provincial de bajo peso era entonces del 16,5%). Los datos de desnutrición aguda vuelven a ubicar a la Puna en primer lugar con el 14,7%; en este caso seguida por la región Valles (Departamentos de San Antonio y El Carmen) con el 9,8%.

La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en 2005, muestra que frente a un total de 3,7% de desnutrición global, la provincia de Jujuy presentaba un 3%. La variación entre las cifras provinciales y nacionales se debe a que en ambos casos se utilizan parámetros diferentes. Por esta razón, aun si los organismos de Jujuy ofrecieran datos actualizados, sería difícil hacer una comparación con otros distritos. “No hay estadísticas confiables”, afirma Carlos Santillán, ex dirigente sindical y actual titular de la Comisión de Derechos Humanos de la provincia de Jujuy. “En la Comisión de Derechos Humanos recibimos día a día pedidos de necesitados de toda la provincia que buscan comida y trabajo. Hace seis meses gestionábamos ante el Ministerio de Bienestar Social un pedido de 60 bolsones de comida al mes. Ahora estamos pidiendo 500”, agrega.

En los confines de la Argentina, cerca de 400 personas dejaron de comer para llamar la atención sobre el hambre. En la legislatura provincial fue presentado un pedido para que se declare a la Puna en emergencia social y alimentaria: el gobierno de Walter Barrionuevo, del Frente para la Victoria (Partido Justicialista), responde con silencio.

Los grandes medios nacionales se ocuparán del tema sólo cuando alguien muera o cuando les llegue una fotografía conmovedora. Jujuy, en tanto, es la provincia argentina que más planes asistenciales reparte. “La acción social dirigida sirve sólo a pequeños grupos, a algunas organizaciones y a los dirigentes de esas organizaciones que se convierten en millonarios teniendo a los pobres como mercancía”, denuncia Santillán. A fines de 2008, el Gobierno nacional anunció una disminución en el índice de pobreza del 23,4% al 20,7%. Los ocho millones de pobres de los datos oficiales contrastan con los 20 millones de argentinos que según diferentes estudios privados viven bajo la línea de pobreza.

La diferencia en el cálculo se explica: para el gobierno la canasta básica de alimentos es de 978 pesos; para los estudios independientes, asciende a los 1.400. “Mientras todo sube, los ingresos de los planes están estancados y si hace unos años 150 pesos era poco, ahora es nada”, dice el obispo Olmedo, quien en unión con los sacerdotes de su presbiterio denuncian públicamente la grave situación de pobreza e indigencia de los habitantes de Jujuy y los Valles salteños. “Por falta de olla” es la expresión popular utilizada por el personal de salud de la provincia de Salta para explicarles a las mamás las causas de la desnutrición primaria que sufren sus pequeños hijos.

Los datos oficiales del tercer trimestre de 2008 indican que el porcentaje de niños y niñas salteñas con déficit nutricional es de 5,4% entre los que tienen de 0 a 1 año de vida, y de 10% entre quienes tienen de 1 a 5. “En ese 10% están los bajitos y los petisos; la cronicidad en la pobreza es sinónimo de talla baja”, explica la doctora Gladys Pernas, Jefa del Servicio de Recuperación Nutricional del Hospital de Niños Jesús de Praga. “Que haya 10 niños de cada cien con déficit nutricional es una cifra alta y preocupante pero aun en los noventa restantes a los que se considera “eutróficos” (adecuado para la relación peso-talla) habría que preguntarse si esa talla corresponde a su edad o si estamos hablando de desnutridos crónicos, con pobreza de larga data”, alerta Pernas. Por otra parte, las estadísticas rara vez consideran a los malnutridos, categoría en la que entran los desnutridos y los sobrenutridos por obesidad o sobrepeso. Los últimos datos disponibles señalan un sobrepeso de 10,8% en menores de un año y de 10,3% en el grupo de 1 a 6 años. Entre los acortados nutricionales por pobreza crónica hay dos tipos de carencias: la falta de alimentos, que los hace bajitos, y la dieta farinácea, que los hace gordos.

Sobrenutrido no es un indicador de bienestar, se traduce en graves enfermedades en adolescentes y adultos: hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes y accidentes cerebrovasculares. Argentina es uno de los primeros países del mundo en índices de muertes por estas enfermedades.

En la provincia de Salta –siempre según datos oficiales–, la mortalidad infantil fue de 14,9 por mil nacidos vivos durante 2006 y de 15,4 por mil durante 2007. A pesar de las declaraciones pre electorales del candidato a vicegobernador de la fórmula que asumió en diciembre de 2007 (Juan Manuel Urtubey del Frente Para la Victoria y Andrés Zottos del Partido Renovador de Salta), el proceso de gerenciamiento privado de la Salud Pública sigue siendo una constante en Salta. Así lo indica un trabajo realizado por asociaciones gremiales y de profesionales de la salud: “en ocho años de gerenciamiento privado del Nuevo Hospital Materno no ha mejorado la salud de la población involucrada”. El estudio afirma que el Estado debería evaluar y corregir la orientación de sus políticas sanitarias y priorizar efectivamente las acciones de Atención Primaria. Más allá de las cifras, la investigadora de la Universidad de Buenos Aires y de Flacso, Mónica Sacchi analiza en su libro Mortalidad Infantil, un nombre, un rostro, una familia, seis casos de muerte de nenas y nenes que no llegaron a cumplir su primer año de vida. Sacchi realiza un estudio microsocial (condiciones de vida y salud materna) a partir de las percepciones y los significados que las madres asignaron a las muertes. En las vidas truncadas de Esteban, Jimena, Micaela, Gabriel, Rosario y María Daniela la intensidad de la pobreza llevó a Mónica Sacchi a preguntarse y a interpelar: ¿qué es lo que falló?

En la provincia de Corrientes, famosa por sus ríos, esteros y bañados y por la música alegre del acordeón, la situación no es mejor que en Jujuy o Salta. Según un relevamiento de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), el 49% de los chicos menores de 18 años es pobre y un 29% pasa hambre.

El documento, basado en datos estadísticos oficiales y en estudios realizados por distintas organizaciones sociales y sindicales, sostiene que en el país, más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Corrientes ocupa el cuarto lugar entre las provincias con más chicos pobres e indigentes.

Democracia de la exclusión

En este país donde para tantos niños vivir o morir depende del lugar de nacimiento, marcados casi como un designio divino desde la cuna, son pocos los adolescentes que creen en la democracia. Sólo el 35% de los encuestados confía en la democracia, informó un estudio realizado por el Ministerio de Educación de la Nación a fines de 2008. El análisis, llevado a cabo por el Programa Escuela y Medios, se hizo entre mil alumnos de 11 a 15 años de escuelas públicas de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Chubut.

Argentina produce alimentos suficientes como para dar de comer a varios cientos de millones de personas, posee un alto índice de PBI per capita y un elevado desarrollo científico-tecnológico. En las entrañas de su tierra hay petróleo, gas, oro y plata. El acuífero Guaraní, compartido con Brasil, Paraguay y Uruguay, es una de las reservas de agua potable más importantes del mundo.

En Cuba, pequeña isla ubicada en el medio del Caribe, a expensas de los huracanes y el mal clima donde no crece más que la caña, la mortalidad infantil es de cinco por mil nacidos vivos. Igual al de Canadá e inferior al de Estados Unidos (siete por cada mil), el índice cubano se sostiene pese al bloqueo que lleva casi tantos años como los que acaba de cumplir su revolución.

963 millones de personas tienen hambre en el mundo. La meta del milenio fijada por la ONU para reducir la desnutrición de cara a 2015 parece imposible de lograr dentro del sistema capitalista, en el que todo sobra, hasta los seres humanos.

FUENTE : Click acá!

Hace unos días se publicaron dos notas en el diario capitalino La Voz del Interior sobre la desnutrición infantil en nuestro país (2/10 y 4/10 respectivamente). En la primera, es posible observar algunas expresiones verdaderamente sorprendentes realizadas por el doctor Pablo Durán, coordinador de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del Ministerio de Salud la Nación.

Entre otros incordios, el funcionario expresó: "La desnutrición aguda ya no representa una urgencia sanitaria en la Argentina" (sic). Como corolario del asunto, aseveró que el problema de la desnutrición infantil está prácticamente superado en Argentina; faltando sólo pequeños retoques (¿¡) pero que, en general, está todo bien.

Me pregunto ¿dónde vive Durán: en Argentina, Suecia, Francia, Holanda o España? ¿de dónde son las estadísticas que maneja? ¿tal vez de Recoleta, Palermo Viejo, Villa del Parque o del Country Las Delicias?

El 4 de octubre se publica un contenido más acorde a la realidad firmado por el médico Jacobo Sabulsky, médico pediatra miembro de la Fundación Córdoba, Lactancia, Alimentación, Crecimiento y Desarrollo (CLACYD). Un contenido completamente distinto, pese al epígrafe "Como en otros países, en la Argentina persisten algunos casos de desnutrición", que acompaña a una patética foto de una criatura en grado extremo de desnutrición. Epígrafe que vuelve a confundir al lector respecto de la abrumadora realidad que describe Sabulsky.

La desnutrición infantil me preocupa y he presentado dos proyectos de ley aún pendientes de tratamiento. Uno se refiere a incluir la enseñanza de Nutrición dictada por profesionales en la currícula docente de las escuelas primarias y secundarias. La segunda, de alta prioridad propone tomar a este flagelo como política de Estado, debido a los altos índices de mortalidad y desnutrición infantil, problema que debería avergonzarnos a los argentinos.

Contrariamente a lo expresado por Durán, Argentina no tiene resuelta esta endemia. La basura no se mete debajo de la alfombra banalizando y maquillando crueles realidades con números acomodaticios o cifras abstractas imposibles de aprehender. Lo que debemos hacer es sacar el inconveniente a la luz. Argentina tiene alrededor del 40 % de la población por debajo de la línea de pobreza, casi el 50% de la gente pre-ocupada está trabajando en negro, sin obra social y/o aportes jubilatorios, y cobrando remuneraciones miserables en promedio unos 500/550 pesos mensuales.

Alrededor del 50% de nuestra población carece de agua potable y tratamiento de líquidos cloacales. Por otra parte, el sistema educativo necesita volver a la calidad y excelencia de otrora.

Nuestro déficit habitacional tiene características pavorosas: millones de argentinos viven hacinados entre latas, cartones e inmundicias.

¿Hacen falta estadísticas para saber que en los ámbitos descriptos los problemas de salud son espeluznantes? (Problemas que se inician en la gestación para agravarse en los dos/tres primeros años de vida, pues una mala alimentación y un hábitat desfavorable producen daños cerebrales irreversibles destruyendo la mayor riqueza de un país: su capital humano) ¿Alguien puede creer que la desnutrición infantil es un problema menor, que "sólo hay que hacer unos pequeños ajustes"? ¿Por qué a los gobernantes pareciera no interesarles este tema? ¿Será que las obras bajo tierra, como los caños de agua potable y cloacas, no dan rédito político? ¿Será porque es más fácil manipular gente que vive entre la mugre, la miseria, la indignidad y la ignorancia?

La mortalidad y desnutrición infantiles se las puede remediar mediante una decisión política, considerándolas prioritarias, elaborando un programa de largo aliento copiando lo que ya funciona. Me refiero al programa del doctor Abel Albino presidente de la fundación CONIN, quien lo ha concretado gracias a aportes privados. Él tomó como base el mismo que aplica Chile hace muchos años ejecutado por el médico Fernando Monckeberg.

Es política de Estado desde hace 25 años, más allá de los colores de los gobiernos. En su magnitud, abarca nutrición, agua potable, cloacas y reforma educativa. Iniciándose con una mortalidad infantil de 120 por mil. Hoy Chile posee un índice del 7 por mil, similares al de países desarrollados. El 100% de la población tienen agua potable y casi el 100% tratamiento de líquidos cloacales. Además funcionan 6000 escuelas con doble escolaridad. Como resultado, la población chilena aumentó su talla doce centímetros en los últimos treinta años. Chile invirtió en este proyecto 20 mil millones de dólares en 25 años. Cifra importante, pero que es absolutamente posible de realizar.

Es desde esa población infantil protegida y salvaguardada de donde emergen los futuros trabajadores, obreros, intelectuales y gobernantes. Para entenderlo, basta con mirar el progreso económico, social y cultural de Chile.

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